En la vida uno carece de expectativas; muy remotamente se ve en la necesidad de definir la ausencia de si mismo, la posibilidad de existir en un campo verde, con una mujer, lleno de flores y animales todos conviviendo apartados de la realidad, cuantas veces e escuchado acerca de la llorona o Mefistófeles, de los impíos y de un redentor, es lo que nos rodea. Día tras día conviviendo con un entorno y con uno mismo…
Síntomas inexistentes
Realidad objetiva, rodeado de estiércol
Caminando en el adoquín de bucarelli
Conociendo ánimas sofocantes y alegres
Humo de tabaco, incienso;
Función de lo abismal, noches delirantes
Viendo la luna, conviviendo con el pasado.
Leyendo Tolstoi y Kafka, viendo día tras día
Es la mitología la que me rodea, soy claro y subjetivo, es como hablar de la libertad, ¿Qué es la libertad a la que me refiero?. El conocimiento puro de la existencia del ser humano, un filosofo se tira por la ventana antes asecinando a su esposa; un pintor se corta la oreja; el hipocondriaco mal pasado de hambre se da un tiro en la cabeza, el presidente roba, Jesús se sacrifica por el asesino, etc., etc.… no hay conocimiento que pueda revelar tales hechos (hierofania).
¿Es la libertad, metafísica? ¿Dependerá de Dios acaso?, -volví al insomnio y a platicar con la agonía-... la libertad a la que uno se puede asemejar es tal vez el pensamiento claro de las cosas, el idealismo, o el combate,¿ pero uno de que es libre? ¿O que combate? El sentido común, enfrentar el caos-catástrofe, un desbloqueo. Uno se une a uno mismo y llega ser un espíritu fantasmagórico consciente de la realidad. Soy hermano de un árbol, yo mismo soy un árbol.
TEXTO: ANDRES ROBLERO
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